Alrededor de la primavera de 1982, realizamos el viaje de fin de promocion a Italia. En la plaza de San Pedro intente que Juan Pablo II me diera la ma, lo consegui!, pero me miro, me sonrio y me gui el ojo mientras agitaba con dulzura el dedo indice de su ma derecha. Con el tiempo he descubierto que en aquel gui se escondian con generosidad grandes bendiciones.