A los cinco as, el ni ya ha adquirido un cierto grado de independencia: es capaz de alimentarse por si mismo, de ocuparse de sus necesidades mas basicas e incluso de comunicarse coherentemente con los adultos. Tambien empieza a comprender algunas de las reglas de la sociedad en que vive, como por ejemplo el hecho de que los mayores deban trabajar para poder sobrevivir, pero, con todo, suele ser, antes que nada, un pragmatico: Le gustan las historias mas bien realistas porque mediante las referencias al entor mas inmediato fortalece su sentido de la realidad. Desarrolla velozmente sus habilidades linguisticas con el fin de poder conversar y preguntar, que es la forma mas rapida de empezar a cocer el mundo exterior. Se lanza a una desesperada busqueda de su identidad porque solo a partir de ese punto puede ser capaz de establecer interacciones con los demas. La conclusion final es que la escuela, los juegos y las reglas de comportamiento experimentan cambios revolucionarios que exigen nuevas formas de conducta y, a la vez, conducen inexorablemente a la madurez: progresos y avances, todos ellos, que quedan perfectamente reflejados en el presente libro.